¿Cómo puedo conseguir que mi hijo quiera leer?

¿Se nace con gusto por la lectura o se adquiere? Sea como sea, quieres que tus hijos disfruten leyendo sin parar, acurrucados en tus brazos o relajados en el sofá. Objeto sagrado para algunos, los libros están llenos de beneficios, ¡ en cualquier formato!


Pero a veces los más pequeños les dan la espalda y los adolescentes los rechazan. Ni siquiera hojean una página. Demasiado largos, demasiado complicados, poco interactivos «y luego, ya entiendes, no hay más dibujos, así que…».


Tanto si eres un lector empedernido como un lector de fin de semana, te estás quedando sin argumentos para conseguir que tus hijos quieran leer un libro. Pero que no cunda el pánico. Tenemos algunos consejos para (re)iniciar a sus hijos en el mundo de los libros. ¿Cómo conseguir que su hijo quiera leer ? ¿Y por qué es tan importante leer? Le guiaremos, página a página.


¿Cómo se consigue que un niño quiera leer?


Tanto si su hijo es un buen lector como si nunca ha mostrado el más mínimo interés… Tanto si lleva pañales como si se niega obstinadamente a ponerse los vaqueros… el gusto por la lectura se puede aprender y, sobre todo, ¡cultivar!


1 Empezar pronto


Fue la escritora infantil Emilie Buchwald quien dijo que los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres. «Los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres».


Está claro que no hay límite de edad para descubrir el placer de la lectura. No en vano existen libros para niños pequeños, ya sea en forma de libro corto para leerles o en forma de libros-juego de aprendizaje temprano. ¿Has visto los libros plastificados para jugar en el agua a la hora del baño?


Es una forma estupenda de que se familiaricen con los libros (y de paso mastiquen unas cuantas páginas, ¡qué rico!). Y cuando crezcan, apreciarán que uno de sus padres les lea con regularidad. De hecho, si te encuentras falto de inspiración, echa un vistazo a estas ideas de bonitos libros infantiles.


2 Conoce los libros


Sí, es muy sencillo… Pero a veces no tenemos el reflejo de ir a elegir los libros, atrapados en nuestra acelerada vida de padres. Así que tomamos el tema con pinzas y reservamos un hueco semanal para ir a la biblioteca local o a la mediateca más cercana.


Es una cueva de Alí Babá que ofrece una increíble variedad de medios. Novelas para adolescentes, libros para niños, revistas para todas las edades: nunca te irás con las manos vacías. ¿Y su mayor ventaja?


Puedes probar diferentes estilos de libros, descubrir nuevos autores infantiles y arriesgarte a equivocarte sin que te cueste un ojo de la cara. Deje que su lector en ciernes (o su adolescente poco convencido) vaya de estantería en estantería y coja lo que le apetezca. Tienen carta blanca.


3 Descubrir la lectura de diferentes maneras


¿Cómo animar a los jóvenes a leer? Son innumerables los padres y profesores que se han hecho (¡y se siguen haciendo!) esta pregunta. Oímos que los adolescentes son los más duros de pelar en lo que se refiere a la falta de interés por la lectura, pero algunos niños simplemente nunca han desarrollado el gusto por ella.


Te imaginamos mirando con lágrimas en los ojos la pila de libros que llevas siglos sin tocar. Tendrás que hacer algo al respecto. ¿Por qué no pruebas con los audiolibros? O incluso podcasts infantiles. Hoy en día la oferta es enorme, y sí, un audiolibro cuenta como un trozo de lectura.
Los niños a los que les cuesta iniciarse en la lectura también pueden descubrir el placer de leer gracias a los pequeños cómics o novelas gráficas dirigidas a ellos.


Algunos están escritos específicamente para lectores jóvenes, en torno a CP, CE1, y dividen la historia en dos. Una parte (el argumento) la leen los padres, la otra (el diálogo) el niño.


4 Compartir el cuento


Los beneficios del cuento a la hora de dormir están bien demostrados, por lo que sería una pena prescindir de él. Sobre todo porque es un momento divertido, acurrucados en la cama, en el que padres e hijos comparten mucho más que un cuento. Y como estamos de buenas, te damos nuestros 7 mejores cuentos para leer antes de dormir? Estos son claramente los momentos que forjan, y luego refuerzan, el gusto por la lectura desde la infancia. ¡Porque el placer está arraigado!


5 Dar ejemplo


Cuando sienta que nada funciona… Que su hijo se resiste ante tanta charla sobre la lectura… Pregúntese cómo puede conseguir que alguien quiera leer un libro. Cualquiera: un colega, el vecino de enfrente… ¿Compartirías con él una novela, le contarías el último que has leído?


¿O las ganas que tienes de encontrar el libro que reposa en tu mesilla de noche? Con tu hijo es un poco lo mismo. No dudes en resumirles tus favoritos, en leer con ellos mientras juegan cuando surja el momento. Invítale a que te cuente el libro en el que está trabajando su clase. Se trata de crear un diálogo en torno a la lectura, de quitarle dramatismo, pero también de fomentar las ganas de leer.


¿Por qué despertar en los niños el deseo de leer?


Pasatiempo interesante, a veces divertido, la lectura también está llena de beneficios. ¿Echamos un vistazo y vemos por qué tanto alboroto? Porque una vez que sabes cómo hacerlo, ¡es bueno saber por qué lo haces!


Para compartir una actividad divertida


¡Leed juntos! Una revista, el periódico, la enciclopedia, lo que quieras… siempre que tu hijo lo vea como una actividad divertida para compartir contigo. Aunque sólo sea para leer la previsión meteorológica del día, ¡vale la pena!


Porque compartir afianza la noción de placer, y volverán a ello más tarde, incluso después de una pausa muuuuuy larga. Más allá del deseo de los padres de ver a sus hijos leer, compartir la lectura tiene muchas ventajas.


Por lo general, es un momento sereno, en el que podéis reuniros para hablar de un tema interesante o devorar un libro divertido. También es un momento que refuerza la relación padre-hijo, construida en torno a una actividad compartida y enriquecedora.


Para que se beneficien de la lectura


Cada libro es un tesoro y cada página está llena de beneficios. La lectura ayuda a los niños a desarrollar su imaginación proyectándoles en mundos increíbles con cada párrafo. Tu hijo escapa de la realidad cotidiana y utiliza su imaginación para imaginar un sinfín de situaciones increíbles. ¡Es tan rico!


Escuchando atentamente, los lectores en ciernes desarrollan un vocabulario mucho más amplio. ¿Superaremos alguna vez la famosa frase de Caperucita Roja «tira del hilo, que se va la bobina»?


¡Es mucho vocabulario avanzado en un estilo sostenido! La ventaja de la palabra escrita son todos esos giros que tu Mini no se encontraría fuera de las páginas de un libro.


Y todo ello, por supuesto, hace trabajar la memoria. Palabras nuevas, pero también nombres de personajes que hay que recordar y contextualizar para avanzar en la historia. Es suficiente para crear una sólida red neuronal.


Otro beneficio, a veces menos conocido, es la reducción del estrés. Un poco como la meditación, la lectura ayuda a los niños a concentrarse en el aquí y el ahora, mientras están inmersos en una historia leída o contada. Durante un rato, los niños mayores podrán alejarse de los problemas del colegio y de las riñas entre amigos. Concéntrate en la historia y te olvidarás de todo. Y eso es bueno.


No hagas de la lectura una molestia


Sobre todo (¡sobre todo!), no hagas de la lectura un mandato, no obligues a tus hijos a leer bajo ningún pretexto. No se puede hacer beber a un burro que no tiene sed… ¡Lo mismo ocurre con la lectura!


Te corresponde a ti crear la motivación, sin convertirla en una obligación. Si te preocupa el rechazo de tu hijo, tendrás que encontrar la manera de relativizarlo. Tu hijo sacará provecho de sus conocimientos generales en otra parte, trabajará su memoria aprendiendo poesía y desarrollará su inteligencia emocional de otras maneras.


Más allá del desarrollo intelectual, lo que cuenta es el placer de leer. Y eso es difícil de forzar… Su falta de interés por los libros puede ser sólo temporal. Y si persiste, tendremos que seguir ofreciéndoles pacientemente caminos alternativos. ¡Hemos visto a adultos caer en los libros por un malentendido!


¡La lectura es un tema enorme cuando se es padre! Conseguir que los niños quieran leer puede ser un asunto sencillo cuando son receptivos y buenos jugadores. ¡Pero también puede ser un desastre cuando se resisten y nunca se dan por vencidos!


Que no cunda el pánico, si a usted le encanta leer, lo más probable es que su hijo le copie al principio, caiga en el caldero mágico… y nunca pueda prescindir de él. Como alternativa, y para facilitarle la iniciación a la lectura, ¿por qué no empezar con revistas infantiles? Puede que sean menos impresionantes que los libros, ¡pero son igual de divertidas e igual de beneficiosas!