¡El dinosaurio más rápido!

La velocidad es una de las habilidades más fascinantes de los dinosaurios. Aunque no todos los dinosaurios tenían una gran velocidad, para algunos era una ventaja de supervivencia. Los resultados de investigaciones recientes muestran que las especies con gran velocidad han desarrollado piernas más largas a lo largo de su evolución.

Para determinar qué dinosaurio era el más rápido, ya que es imposible obtener información directa, nos referiremos a una estimación de su velocidad. Esta estimación se basa en las huellas fósiles, la morfología de los dinosaurios, la comparación con los animales modernos y las leyes de la física.

Al cruzar esta información, podemos determinar el dinosaurio más rápido de todos y otros nueve que son igual de rápidos. También se tienen en cuenta las necesidades de apoyo de cada tipo de dinosaurio.

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Índice de contenido

10: Concavenator, el camello del Cretácico

Según informa la revista científica, el Concavenator es una de las especies que han alargado su pasta para poder correr más rápido. Con su sorprendente anatomía, el dromedario del Cretácico es seguramente uno de los dinosaurios más extraños de esta lista. Debe su apodo a la joroba que tiene en el lomo.

La extrañeza del Concavenator se nota especialmente en sus patas. Tiene unas patas largas y rápidas y unos pies muy pequeños. Esto sugiere que sólo caza en terreno firme y seco. En el suelo blando de un pantano, el peso del Concavenator, así como sus pequeños dedos, podrían ser perjudiciales.

9: Carnotaurus, el demonio sudamericano

Con dos cuernos demoníacos, el Carnotaurus es uno de los depredadores sudamericanos más rápidos. Al igual que los dinosaurios no avianos, el Carnotaurus tenía un gran músculo en su cola que estaba conectado a su muslo. Esta anatomía permitía al animal adquirir la potencia que necesitaba para correr más rápido.

Los investigadores creen que el tamaño de este músculo en el Carnotaurus era excesivo, lo que explica su gran potencia locomotora.

8: Deltadromeus, velocidad en un cuerpo pequeño

En general, se observa una clara relación entre la velocidad y la longitud de las piernas en los seres vivos con capacidad motriz. De las especies que viven actualmente, el guepardo es el más rápido y tiene las patas más largas que los leones, que son más rápidos que las hienas y tienen las patas relativamente más largas que éstas.

El corredor del Delta, si formara parte de la fauna actual, sería sin duda el más rápido de todas las especies. El Deltadromeus era, de hecho, el más rápido en su ecosistema (el Egipto prehistórico) y esto es lo que le permitió prosperar allí. Este dinosaurio se alimentaba de las mismas presas que otros dinosaurios más grandes en términos de masa muscular, pero más lentos. Algunos ejemplos son el Spinosaurus y el Carcharodontosaurus.

7: Troodón, el velocista

Los científicos han estimado que el Troodon es uno de los dinosaurios con mayor velocidad. El velociraptor es una tortura para la vista. De hecho, en términos de velocidad, el velociraptor no ocupa un lugar destacado, ya que su anatomía no es ideal para la velocidad. El Troodonte, aunque de tamaño idéntico al Velociraptor, tiene una potencia física mucho mayor.

6: El Guanlong

De la familia de los tiranosaurios, el Guanlong tenía el tamaño de un lobo. A diferencia de su descendiente, el tiranosaurio, que reinaba como rey de los dinosaurios sobre sus congéneres, el guanlong era tanto cazador como presa. Para este dinosaurio era importante correr rápido. Tenía que atrapar presas inaccesibles para los demás porque era demasiado rápido. Y finalmente escapar de sus depredadores.

5: Tiranosaurio rex, el grande

El tiranosaurio rex no sólo es grande y rápido, sino también muy poderoso. Este espécimen tenía las patas más largas que cualquiera de sus parientes depredadores. Superó al Allosaurus o al Gigosaurus. También tiene un tobillo y un pie que pueden absorber cualquier impacto para ayudarle a rebotar del suelo cuando corre a gran velocidad.

4: Gorgosaurus, el dinosaurio con una garganta extraordinaria

El Gorgosaurus es el tiranosáurido más rápido en este ranking, incluso más rápido que el Tyrannosaurus rex gracias a unas patas proporcionalmente más largas. Como todos los dinosaurios de esta clasificación, los investigadores creen que el Gorgosaurus no podía mantener su velocidad durante mucho tiempo. Estas ráfagas de velocidad estaban limitadas en el tiempo.

Las pruebas fósiles del estómago de un dinosaurio de dos metros de largo sugieren que se alimentaba de recién nacidos y de dinosaurios rapaces.

3: Sinocalliopteryx, un cazador al acecho

Tercero en esta clasificación, el Sinocalliopteryx fue sin duda uno de los dinosaurios más rápidos de su época. Los científicos lo sitúan en el Cretácico Inferior de China.

Era un ave del tamaño de un lobo que podía alcanzar los 20 kg. Debido a su tamaño, el Sinocalliopteryx probablemente era capaz de volar o trepar a los árboles. Por lo tanto, tenía que estar al acecho para atrapar a su presa. El Sinocalliopteryx debió tener un buen gatillo para alcanzar su presa rápidamente.

2: Saurornithoides, el pájaro número uno

El Saurornithoides superó a todos sus compañeros en términos de velocidad. Tenía una anatomía muy similar a la de las aves modernas. Pertenece a la familia Troodontidae.

El Saurornithoides no tenía fuerza muscular en la cola, por lo que utilizaba la ventaja de su centro de gravedad y la mecánica altamente adaptada de sus extremidades.

El Saurornithoides migró por China y Mongolia durante el Cretácico. Su dieta consistía en pequeños lagartos, insectos y mamíferos.

1: Nanotyrannus

Basándose en su estudio, los investigadores pudieron determinar que el Nanotyrannus era el más rápido de los dinosaurios. Con 80 km/h, el Nanotyrannus era el velocista más rápido de su época.

Al ser de la misma época que el T. rex, probablemente optó por especializarse en la búsqueda de presas más pequeñas y rápidas que el T. rex no podía alcanzar. El Nanotyrannus fue capaz de llevar al extremo las largas patas de los tiranosaurios para alcanzar tal velocidad.

¿Por qué los dinosaurios bípedos eran los más rápidos?

Todos los dinosaurios de esta clasificación son bípedos y hay una buena razón para ello. En la prehistoria, los cuadrúpedos eran principalmente herbívoros de sangre fría. Según una teoría popular, la anatomía y los mecanismos de circulación de la sangre desempeñan un papel determinante en la velocidad de las especies.

Por lo tanto, las criaturas de sangre fría se movían lentamente, debido a la poca energía metabólica de que disponían. En cambio, los terópodos (dinosaurios carnívoros de dos patas) son de sangre caliente y, por tanto, tienen un metabolismo capaz de sostener una mayor o menor velocidad de carrera.

¿Por qué se discute a menudo la velocidad del T-rex?

En Parque Jurásico, podías ver al T-rex corriendo en el jeep. Esta escena fue estimulante y dio lugar a la idea de que el T-rex debía tener una gran velocidad. Después de todo, es el rey de los lagartos.

¡No es así! Estudios recientes han demostrado que el T-rex era, de hecho, el rey de la marcha rápida. El paleontólogo William Sheller y sus colegas de la Universidad de Manchester concluyeron al final de su estudio que el tiranosaurio no podía superar los 19 km/h o correr el riesgo de romperse los huesos.

Hace décadas, las estimaciones de la velocidad de carrera del T-rex se basaban en una comparación superficial de las extremidades del dinosaurio con las de un bípedo actual. Entonces era concebible que un dinosaurio de 12 metros de largo fuera rápido.

El uso de la biomecánica permitió a los científicos realizar nuevos estudios para obtener datos más precisos. Ya no nos limitamos al análisis morfológico de las diferentes especies.

Para su estudio, William y sus colegas incluyeron el estrés óseo como un factor que influye en la velocidad de movimiento de los dinosaurios. Durante una carrera, un hueso sólo puede soportar la presión generada hasta cierto punto antes de romperse. Por ello, para este estudio fue necesario tener en cuenta el peso del T-rex (unas 7 toneladas) y las propiedades mecánicas de los huesos.

Estudios anteriores realizados sin tener en cuenta el estrés que genera una carrera en los músculos estiman la velocidad máxima del tiranosaurio en 53 km/h.

Esto significa que en una hipotética carrera de velocidad contra Usain Bolt, el T. rex habría ganado. Pero teniendo en cuenta los nuevos datos, el T.rex se habría roto los huesos del pie al correr a tal velocidad. El T.rex no era probablemente la bestia más atlética del Cretácico.

Sin embargo, a los ojos del público en general, un T. rex no es lo suficientemente genial si no corre rápido. Así que, aunque la representación cinematográfica de este gran lagarto es errónea, los cinéfilos están dispuestos a suspender su incredulidad para seguir las películas que hacen del T.rex su estrella.

¿Y la velocidad del Compsognathus?

Investigaciones anteriores estimaban que el dinosaurio más rápido era el Compsognathus, con una velocidad máxima estimada en 64 km/h. Esto es más que la velocidad estimada del Velociraptor, pero no es suficiente para desafiar al rey de esta clasificación.

Compsognathus es un dinosaurio regordete cuyo nombre significa «mandíbula elegante». Pesaba unos 3,5 kg y podía medir hasta 1,4 metros de largo.

¿Por qué el velociraptor no está incluido en esta clasificación?

En las películas de Parque Jurásico, el Velociraptor se presentaba como el dinosaurio más rápido y ágil. Pero el Velociraptor sólo corría a 40 km/h, que es más lento que Usain Bolt.

Esta estimación se realizó modelizando la carrera de tres bípedos modernos -el avestruz (55,4 km/h), el emú (47,8 km/h) y el ser humano (29 km/h)- y aplicándola a cinco dinosaurios, incluido el velociraptor.

La bestia mide entre 1,5 y 2 metros de largo y pesa entre 15 y 20 kilogramos. Y no tenía más de 75 centímetros de altura. No era tan adecuado para la velocidad como el Nanotyrannus o el Saurornithoides, que actualmente ocupan los primeros puestos de esta clasificación.

¿Cómo se calcula la velocidad de los dinosaurios?

Los científicos Persons y Philip Currie han dedicado muchos años a recopilar datos sobre las patas de más de 50 especies diferentes de dinosaurios. Estos datos se recogieron en todos los museos donde se conservan los fósiles de los distintos dinosaurios depredadores.

El tamaño de estos dinosaurios puede variar desde un pequeño pollo hasta un autobús escolar. Era importante tener en cuenta la masa corporal de cada espacio para determinar correctamente qué dinosaurio era el más rápido.

La longitud de la pata del dinosaurio también era importante para su capacidad de movimiento rápido. Según los estudios de David Evans y su equipo del Museo Real de Ontario, la fusión de los huesos de la parte inferior de la pierna de un dinosaurio habría mejorado mucho su velocidad y agilidad.

Así, la evaluación de la velocidad de los dinosaurios se basa actualmente en cuatro elementos: las huellas fósiles, la morfología de los dinosaurios, la comparación con los animales actuales y la biomecánica.

El estudio de las huellas fósiles

Las huellas fósiles permiten al paleontólogo determinar los factores clave de la movilidad de los dinosaurios. El método que ofrece los mejores resultados en este campo se basa en las huellas. El análisis de las pisadas del mismo tipo de dinosaurio permite a los científicos comprender los movimientos de los dinosaurios.

La fiabilidad de los resultados de estos análisis depende, por tanto, de la calidad y la conservación de la huella.

Morfología de los dinosaurios

Los resultados de la evaluación de las huellas de los dinosaurios siguen siendo insuficientes para determinar su velocidad de desplazamiento. Además, es difícil encontrar suficientes pistas utilizables para respaldar un estudio.

Otro método para estimar la velocidad de una especie de dinosaurio era observar su morfología. Este método es más accesible que el anterior y consiste en examinar la estructura esquelética de una especie para deducir su anatomía.

Así, los paleontólogos pueden reunir mucha información sobre los dinosaurios. Así pudieron confirmar que los dinosaurios se movían de pie y no de lado como un reptil moderno.

Comparación con animales modernos

Este parámetro de evaluación se basa en la observación de los animales que existen en la actualidad para suponer la forma en que los dinosaurios de tamaño podrían haberse desplazado. Por ejemplo, dado que el Triceratops tiene un tamaño similar al de los elefantes actuales, los científicos examinan el movimiento de los elefantes y eligen las similitudes que pueden atribuir al Triceratops. Este método se utiliza para todos los tipos de dinosaurios.

Biomecánica

Los paleontólogos también utilizan las leyes de la física, especialmente la biomecánica, para determinar los movimientos de los dinosaurios. La influencia de las leyes de la física en los animales prehistóricos se evalúa reproduciendo patrones musculares y teniendo en cuenta la gravedad y otros factores. La combinación de estos diferentes elementos permitió al científico visualizar de forma ideal los movimientos del dinosaurio y su velocidad.

La influencia del metabolismo en la velocidad de los dinosaurios

Como se ha visto anteriormente, la velocidad de un dinosaurio podía depender de si era de sangre caliente o fría. Los dinosaurios de sangre caliente eran principalmente cazadores y tenían un metabolismo rápido. Los herbívoros, por el contrario, solían ser más grandes en términos de masa y tenían un metabolismo lento, por lo que no eran adecuados para una carrera de velocidad.

Esta hipótesis tiende a confirmarse con la puntuación de velocidad del tiranosaurio. Aunque es un carnívoro, el T-rex es más lento de lo que se podría pensar. Una de las razones por las que el tiranosaurio no puede ir a más de 19 km/h es por su masa corporal.

Sin embargo, los dinosaurios son reptiles y, por lo tanto, todos deben ser animales de sangre fría. Existe aquí una controversia que los paleontólogos llevan mucho tiempo tratando de aclarar.

El concepto de metabolismo se define como un conjunto de procesos químicos que ocurren dentro de las células de un organismo vivo. Estos procesos sirven para mantener la vida. El estudio del metabolismo en los animales modernos ya es una tarea difícil, pero lo es aún más cuando el estudio se centra en los dinosaurios.

Estos animales ya se han extinguido. Así que, a falta de pruebas directas, los científicos utilizan las observaciones de los organismos vivos para estudiar el metabolismo de los dinosaurios.

Establecer una analogía entre los animales de nuestra época y los dinosaurios no es una tarea tan grande como se podría pensar.

Los científicos tuvieron que tener en cuenta la relación depredador-presa, la adaptación de la estrategia de alimentación del dinosaurio, la velocidad, la agilidad, el nivel de actividad, la estructura ósea, el comportamiento social, el tamaño del cuerpo, la distribución geográfica, el hecho de que los dinosaurios fueran los ancestros de las aves, la presión sanguínea y la ausencia de una estructura respiratoria o cono nasal.

Todos estos parámetros no proporcionan necesariamente resultados concluyentes para determinar la temperatura corporal de los dinosaurios. Recientemente, las excavaciones geológicas han desenterrado fósiles de dinosaurios en China.

Estos fósiles pertenecen a varios grupos de dinosaurios terópodos emplumados. Este descubrimiento no sólo apoya la hipótesis de que los dinosaurios son los ancestros de las aves actuales, sino que también arroja luz sobre la fisiología de los dinosaurios.

El examen más primitivo de las plumas de los dinosaurios muestra que se utilizaban más para calentarse que para volar. Las plumas filamentosas tenían una estructura demasiado rudimentaria. Por lo tanto, los dinosaurios los tenían de la misma manera que nosotros tenemos pelaje de plumas. Basándose en esto, los científicos creen que los dinosaurios emplumados tenían ciertamente un metabolismo elevado, y que sus plumas servían de protección contra la pérdida de calor.

Siguiendo este razonamiento, los científicos también creen que los dinosaurios sin plumas eran de sangre fría. Por tanto, debían tener el mismo nivel de actividad y metabolismo que los reptiles modernos.