Meteoritos : Un factor del sistema del sol

Si es usted aficionado a la astronomía, probablemente le interesen los meteoritos. No obstante, aparece una pregunta: ¿conoce verdaderamente la narración de estos cuerpos celestes? ¿Sin nombrar todo cuanto da un giro cerca de ellos? Asimismo nos encanta este tema. Conque decidimos contestar a sus cuestiones.


Los meteoritos son extractos de asteroides que penetran en la cubierta atmosférica de la Tierra y se estrellan contra ella. Un asteroide es un cuerpo celeste de nuestro sistema, de no mucho más de cien km de longitud.


Cuanto mucho más lea, mucho más descubrirá:



  • La crónica de los meteoritos.

  • El riesgo que representan y su herramienta.

Empecemos.


ACLARACIÓN CONCEPTUAL


Un meteorito es un cuerpo celeste o un elemento sólido natural final de la fragmentación de un meteoroide. ¿Qué es un meteoroide? Un meteoroide es un trozo de asteroide. ¿Qué es un asteroide?


¿Y si comenzamos con un viaje que empieza en el espacio? A lo largo de la capacitación del sistema del sol hace 4.500 millones de años, múltiples restos del sistema del sol han quedado atrapados en una zona llamada «cinturón primordial» entre Marte y Júpiter.


La resonancia orbital de los 2 planetas perturbó la gravedad cerca de estos restos, impidiendo que se formaran planetas. No obstante, estos restos lograron condensarse, formando elementos sólidos. Estos elementos sólidos formaron entonces planetas inferiores, todavía llamados asteroides, que están compuestos de rocas, metales y hielo.


Se estima que existen varios millones de asteroides, cuyo tamaño fluctúa entre unos pocos metros y cien km de diámetro, delegados por un área colosal. Si bien cada asteroide está separado de otro por por lo menos un millón de km, las choques entre elementos son usuales (a escala astronómica).


El encontronazo de 2 asteroides (o sencillamente el efecto de su agilidad) puede fraccionar uno o los dos, expulsando en ocasiones un trozo fuera del cinturón primordial.


Esta parte se llama «meteorito», y puede vagar por el espacio a enormes distancias, antes de «conocer» un mundo (por servirnos de un ejemplo, la Tierra o Marte) o un satélite (por poner un ejemplo, la Luna) en función de su órbita.


Si el meteoroide atraviesa la atmósfera del mundo o del satélite sin dispersarse completamente en polvo y desciende en su área sólida o líquida, se llama «meteorito». Un meteorito es, por consiguiente, un fragmento de un meteoroide (que paralelamente es un fragmento de un asteroide) que llegó a la área de un cuerpo celeste (mundo o satélite) sin ser destruido por el paso o el encontronazo en el suelo o en el agua.


En el momento en que un meteoroide entra en la atmósfera terrestre, lo realiza a una agilidad increíble. Esta agilidad hace la fricción de las partículas del meteoroide, lo que hace su calentamiento y la emisión de luz. Esta luz adopta la manera de una estela radiante, aparente a la noche (estrella fugaz) y en ocasiones aun de día (bólido).


Esto deja a los cazadores de meteoritos (personas que procuran meteoritos con objetivos científicos, para agrandar una compilación o para venderlos) poder continuar el meteoroide a su paso por la atmósfera terrestre hasta el momento en que toca el suelo. Esto lleva por nombre una caída. Si el meteorito está por al azar, se llama descubrimiento.


HISTORIA DE LOS METEORITOS


Los meteoritos han atraído la curiosidad de la raza humana desde prontísimo, gracias a los fenómenos lumínicos y sonoros que acompañan su entrada en la atmósfera terrestre. Ahora en la antigüedad, despertaban miedo, respeto o adoración. Los meteoritos se consideraban elementos sagrados, aun religiosos, y los que estaban eran venerados.


De esta manera, los betyls (piedras no talladas que en teoría caen del cielo) eran venerados como la manifestación (y no la representación) de una deidad, en Egipto (en el templo del sol de Heliópolis), en Grecia (el omphalos de Delfos) o en Arabia Saudita (la Kaaba de La Meca). El mucho más popular de los betylums es indudablemente el de Jacob, al que llamó «casa de Dios», una piedra sobre la que se acostó y tuvo una visión de Dios.


En la Edad Media, esta concepción espiritual de los meteoritos no cambió; pero se opuso a la de la Iglesia cristiana (que controlaba el planeta), que veía en estas piedras del cielo, que se veneraban o eran objeto de cultos de adoración, unos ídolos, un símbolo pagano. Al estar sentenciada por la Iglesia la representación o el culto de un elemento, si bien sea en teoría enviado por una divinidad, esta debió argumentar el origen de los meteoritos a fin de que no chocara con su verdad.


En aquella temporada se creía que los meteoritos eran extractos de montañas derruidas por vientos intensos, descargas de volcanes, formaciones naturales de la Tierra o aun ilusiones ópticas, ya que se creía que no había elementos pequeños en el espacio fuera de la Luna. Hasta principios del siglo XIX, pese a la pérdida de predominación de la Iglesia y del avance de la ciencia, la concepción del origen de los meteoritos no había cambiado verdaderamente. Todavía se pensaba que estas piedras del cielo eran de origen divino, como la lluvia de animales o de sangre.


No obstante, ciertos investigadores arguyeron (incorrectamente) que los meteoritos se formaban en la atmósfera terrestre, desde la condensación de nubes o de la combinación de moléculas de gas.


Otros mantenían que los meteoritos se producían en tormentas eléctricas (se charlaba entonces de piedras relámpago, lo que explicaba las quemaduras observadas en las piedras) o en la erupción de volcanes lunares. No obstante, se ha producido un rápido cambio en el origen de los meteoritos: por el momento no proceden de deidades ni estuvieron siempre y en todo momento presentes en la Tierra, sino se estima que proceden de la atmósfera terrestre o de la Luna.


No fue hasta finales del siglo XIX en el momento en que la concepción del origen de los meteoritos cambió radicalmente y se aproximó a la actualizada. En 1833 se rechazó finalmente la proposición del origen terrestre y atmosférico de las piedras del cielo. Se creía que los meteoritos eran cuerpos celestes, producidos en el medio interestelar o interplanetario. Esta última proposición provocó un profundo enfrentamiento entre los científicos hasta el momento en que en 1980 se descubrieron meteoritos en Marte y la Luna, lo que sugirió que sus primordiales fuentes eran los asteroides.


Además de esto, se discutió la edad de los meteoritos y su composición mineralógica. Merced a la radiocronología (procedimiento de datación absoluta que usa la variación de la proporción de radioisótopos, como la del torio, el uranioo el plomo 207), se pudo deducir la edad de determinados meteoritos en 4.500 millones de años, esto es, la edad de la capacitación del sistema del sol. El estudio de los minerales presentes en los meteoritos ha podido confirmar que estos elementos no proceden de la Tierra, sino más bien del espacio, de cuerpos mayores.


LOS DIFERENTES TIPOS DE METEORITOS


Todos los años se registran mucho más de diez caídas. Los meteoritos encontrados en la Tierra tienen la posibilidad de clasificarse en 2 tipos según su origen: «meteoritos indiferenciados» y «meteoritos distinguidos».


Los meteoritos indiferenciados, asimismo populares como «meteoritos indiferenciados» o «meteoritos primitivos», proceden de meteoroides que paralelamente se produjeron en pequeños asteroides que se formaron hace 4.500 millones de años (o sea, prácticamente al tiempo que el sistema del sol). Estos meteoritos están formados por una mezcla de silicatos y metales (hierro y níquel).


Los meteoritos distinguidos, en cambio, proceden de asteroides mucho más enormes (que brindaron rincón a meteoroides mucho más pequeños). Estos asteroides masivos se formaron en un desarrollo retardado, a lo largo del como su interior se organizó en capas de distintas densidades.


De hecho, en el momento en que el interior del asteroide, debido al calentamiento de adentro, se funde relativamente, el material espeso se hunde hacia el centro, y el material menos espeso migra hacia la área.


Diríase que el asteroide se ha distinguido. Los meteoritos asimismo tienen la posibilidad de clasificarse según su composición; en un caso así, hay 4 géneros de meteoritos: «meteoritos condritos», «meteoritos acondritos», «meteoritos de hierro» y «meteoritos siderolitos«. Los meteoritos condritos o meteoritos primitivos están formados por silicatos (condritas). Estos meteoritos son muchos pequeños para tener el calor preciso para derretirse.


Los meteoritos de acondrita son meteoritos con un preciso contenido de calcio. En consecuencia, son mayores y tienen la posibilidad de haberse derretido medianamente para marcar la diferencia.


Los meteoritos de hierro son meteoritos con un preciso contenido de níquel. Las llamadas siderolitas o litosideritas son meteoritos mixtos, formados prácticamente por igual por minerales de silicato y metal (hierro, níquel). Tenemos la posibilidad de agrupar los 2 métodos de clasificación en uno solo, y decir que los meteoritos indiferenciados son las condritas, y que los distinguidos son las acondritas, los meteoritos de hierro y las siderolitas.


LOS METEORITOS Y EL HOMBRE


Herramienta de los meteoritos


Los asteroides (de los que proceden los meteoroides y meteoros) se formaron hace 4.500 millones de años, prácticamente al tiempo que el sistema del sol. Tras su capacitación, la mayor parte de estos asteroides han evolucionado poco o nada. Al padecer choques o gracias a su agilidad, se extrajeron de ellos trozos, los meteoroides, trozos que entonces han quedado a la deriva en el espacio, siendo irradiados por el fluído galáctico primario.


Esta irradiación de una temporada tan lejana deja a los científicos que recobran meteoritos conseguir una importante información sobre la composición del sistema del sol en el instante de su capacitación. Además de esto, la composición mineralógica de estos meteoritos deja elucubrar sobre las condiciones de capacitación y evolución de los diferentes cuerpos del sistema del sol.


Hay que rememorar que los meteoritos son extractos de un cuerpo considerablemente mayor. Al estudiar un meteorito, aprendemos mucho más sobre la composición de su origen. Los gases que conforman el cuerpo en cuestión, por no charlar de la composición de su suelo. No obstante, no debemos olvidar que los meteoritos se han degradado, con lo que pocas veces tenemos la posibilidad de efectuar indagaciones atrayentes sobre estos elementos.


Esto no quiere decir que sean inútiles. La mayor parte de los estudios que hacemos se efectúan desde satélites. En su conquista delespacio, el hombre ha colonizado ciertamente los cielos. Es una manera rápida de que el hombre prosiga lo que pasa en el espacio. Meteoros, cometas, asteroides, nuevos planetas. Nada puede huír de nosotros.


Riesgos de los meteoritos


Los meteoritos son sorprendentes por su origen extraterrestre y la diferente información que tienen la posibilidad de contener, pero asimismo tienen la posibilidad de ser peligrosos para la Tierra. En verdad, en el momento en que un meteorito entra en la atmósfera, en general se rompe en múltiples trozos pequeños (en ocasiones de menos de diez centímetros). Estos pequeños trozos, gracias a su alta velocidad, tienen la posibilidad de herir o matar.


Ciertos testimonios testimonian lesiones aproximadamente graves y muertes debidas a la caída de un meteorito (por poner un ejemplo, en el mes de agosto de 1888, la caída de un meteorito en Souleimaniye, en el Imperio Otomano, ocasionó la desaparición de un hombre y la parálisis de otro, según tres manuscritos de los ficheros otomanos).


Estas piezas asimismo tienen la posibilidad de ocasionar daños materiales. Además de esto, hay 900 elementos voladores clasificados como peligrosos para nuestro mundo, 70 de los que podrían «visitarnos» cualquier día. Estos elementos tienen un tamaño de entre 1 y diez km.


El encontronazo de estos elementos sobre la Tierra podría tener secuelas catastróficas. En el momento en que un enorme meteorito golpea el suelo, puede alzar un sinnúmero de polvo, que si es bastante, puede mudar el tiempo alevitar que la luz del sol llegue a la área.


Hace 66 millones de años, un meteorito de esta clase (de unos 11 km) chocó contra el suelo en México, levantando un sinnúmero de partículas, que se elevaron a lo prominente de la atmósfera, ciertas cuales han quedado suspendidas, envolviendo todo el mundo.


Estas partículas impidieron que los fotones del sol llegaran a la Tierra, lo que provocó un invierno despiadado, seguido de la desaparición de muchas plantas, herbívoros y carnívoros, incluyendo la extinción de los dinosaurios.



ALGUNOS METEORITOS FAMOSOS


Múltiples meteoritos que se descubrieron o cuya caída se ha visto son conocidos por su peso, tamaño, composición mineralógica, fecha de encontronazo, rincón de hallazgo o por los daños que pudieron ocasionar. Por servirnos de un ejemplo, el meteorito mucho más popular descubierto es probablemente el meteorito Hoba, descubierto en 1920 en Namibia.


Es, con bastante, el mayor meteorito nunca descubierto por el hombre y, al tiempo, el mayor bloque natural de hierro popular (270 cm de largo, igualmente ancho, 90 cm de prominente y 60 toneladas). Este meteorito, conformado por un 84% de hierro, se estima que cayó hace 80.000 años.


Otro meteorito popular por su tamaño y peso es el meteorito Barringer, un meteorito de hierro de 50 m de diámetro y 300.000 toneladas de peso (el día de hoy solo quedan 30 toneladas) que cayó hace 50.000 años. El meteorito Murchison, que cayó el 28 de septiembre de 1969 cerca del pueblo de Murchison (Australia), es popular por su composición mineralógica.


Tiene dentro compuestos orgánicos como los aminoácidos, las purinas y las pirimidinas, considerados los elementos básicos de la vida. El meteorito de Peekskill es mucho más popular por haber golpeado la luz posterior derecha del turismo de Michelle Knapp en Novedosa York en el mes de octubre de 1992. Otros 2 meteoritos son muy conocidos por ser descubiertos en astros diferentes de la Tierra: el Heat Shield Rock en Marte (el primer hallazgo en otro mundo) y el Headley Rill en la Luna.



METEORITOS QUE CHOCAN CON LA TIERRA


Desde el comienzo de los tiempos, la multitud tuvo temor de que el cielo se estrelle contra la tierra. En aquella temporada, no había forma de advertir esos cuerpos. Pues el espacio es un territorio arriesgado que jamás vamos a poder domesticar. Si hasta el fondo del océano aún almacena misterios.


¿Y el cosmos? Esta galaxia aún oculta cosas que jamás entenderemos. Si aun con nuestros avances en tecnología, todavía hay cosas que se nos escapan. Piensa a nuestros ancestros, que no tenían nada para adivinar estas catástrofes.


Estos son varios de los meteoritos que han chocado con la Tierra desde el comienzo de los tiempos:


Hoba, el mayor fragmento hasta hoy


¡Imagínate! Piensa en ello. Un cuerpo que atraviesa la atmósfera a una cantidad enorme de km de distancia. Fuego, calor, detonaciones por fricción. El cuerpo indudablemente perderá su masa antes de llegar al suelo de la Tierra. Esta es una reacción ineludible, pero no si el cuerpo es grande y de pocos km.


Este es la situacion del meteorito Hoba encontrado en Namibia. Pesaba 66 toneladas y tenía decenas y decenas de km de largo. El resto que podemos encontrar es solo un fragmento pero, y cito, de tamaño notable. No dude en proceder a verlo. No te arrepentirás.


El Chaco, el terror de Argentina


En Argentina están zonas con cráteres debido al encontronazo de una lluvia de meteoritos fragmentada. Campo del Cielo es el nombre que se le dió a este rincón único. Los cráteres detallan impactos en múltiples sitios de la región. De esto tenemos la posibilidad de comprender que al traspasar en la cubierta atmosférica de la tierra.


El cuerpo se rompió en múltiples meteoritos. Tenga presente que esta es la razón por la cual no destruimos los meteoritos. Es preferible moverlos pues una lluvia de meteoritos es considerablemente más dañina que un solo meteorito.


El Chaco es el mayor meteorito de esta lluvia, su peso es de sobra de 37 toneladas, sepultado bajo el suelo a 5 m de hondura. Tenemos la posibilidad de imaginar lo grande que sería si un solo fragmento pudiese pesar tanto. Gente de todo el planeta asiste a conocer este ubicación en Argentina. No todos y cada uno de los días se puede estar en la región deencontronazode un meteorito, conque se puede comprender su emoción.


Cabo York, el meteorito de hierro


Este meteorito va a recibir el nombre del sitio donde fue encontrado en Groenlandia. Un meteorito que se estrelló contra la tierra hace diez.000 años. Atrayente en el momento en que se conoce lacomposición del hierro. Groenlandia todavía lo almacena con bastante cariño en su casa.


El Cabo de York tiene un 92% de hierro y un 8% de níquel, con trazas de germanio, galio y también iridio. Hierro meteórico, es lo que los estudiosos llaman a esta aleación, transcurrido el tiempo estos materiales no se han degradado.


¿Y SI UN METEORITO SE DIRIGE A LA TIERRA?


Nuevamente, ¡piensa, piensa! Andas tomando tu taza de té en el hogar. De súbito hay una luz en el cielo. Una roca ardiente y en llamas está a puntito de estrellarse contra tu querida localidad.


¿Es verdaderamente viable este género de ámbito? Sí y no. No somos inmunes a una lluvia de meteoritos, pero tenemos la posibilidad de predecirlos con los satélites. Si se generara un riesgo de esta clase, se lanzaría instantaneamente una misión de desvío.


Una distracción, sí, no una explosión galáctica como podrías haber planeado. La explosión de un meteorito supone escombros y aún mucho más inconvenientes. En verdad, disparar misiles balísticos contra un misilno es una alternativa. La tierra estaría considerablemente más dañada de lo que pensamos. Pero entonces, ¿qué tenemos la posibilidad de realizar?


Tenemos la posibilidad de desviar la trayectoria de los meteoritos con nuestra tecnología. Por el momento no tienen como propósito la tierra sino más bien otra cosa. Teniendo precaución de no pegar nuestros satélites o nuestra Luna.

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