El pez prehistórico de los lóbulos

El celacanto es un colosal pez prehistórico que puede llegar a medir prácticamente 1,80 metros de largo y pesar unos 90 kilogramos y que vivió en exactamente la misma temporada que los dinosaurios.


Apareció en los océanos de todo el mundo hace unos 360 millones de años, a lo largo del intérvalo de tiempo Devónico Superior, y se extinguió prácticamente completamente adjuntado con los dinosaurios, los pterosaurios y los réptiles marinos a fines del intérvalo de tiempo Cretácico.


Hoy en día, el celacanto es un pez increíblemente extraño, realmente difícil de ver y cuya población se cree en unos pocos una cantidad enorme de individuos. Por tal razón, el celacanto está clasificado como entre los peces mucho más conminados.


Avistamientos extraños


Los avistamientos de celacantos son poco usuales, puesto que no solo la población de esta clase es pequeñísima, sino este pez elige mantenerse bien oculto a la visión y ocultarse en pequeñas grutas submarinas excavadas en los depósitos de piedra caliza a prácticamente 150 metros bajo la área del agua en la región obscura.


En 1938, los científicos se sorprendieron en el momento en que un velero sacó un celacanto vivo de las aguas del océano Índico, cerca de la costa de Suráfrica. Esta excepcional atrapa produjo instantáneamente una ola mediática mundial y avivó las esperanzas de que otras criaturas prehistóricas tengan la posibilidad de haber subsistido asimismo a la extinción masiva del Cretácico-Terciario.


Esta primera clase, llamada Latimeria chalumnae, pertence a los 2 descubrimientos de celacantos completados en los últimos cien años. En 1997, a fines del siglo XX, se descubrió una segunda clase en aguas de Indonesia. Los análisis genéticos completados por los estudiosos demostraron que Latimeria menadoensis difiere bastante de la clase africana, si bien es prácticamente seguramente distribuyen un antepasado común.


Peces lobulados


Adjuntado con los peces pulmonados que están en África, Australia y Sudamérica, el celacanto forma parte a una clase propia como pez lobulado o sarcopterigio. En contraste a la enorme mayoría de los peces modernos (como el salmón, el atún, el pez dorado o el guppy), que tienen aletas o son actinopterigios, las aletas de los peces lobulados se apoyan en una composición sustanciosa y no ósea.


Si bien estos géneros de peces son en este momento extraños, son no obstante un eslabón esencial en la evolución de los vertebrados. Hace múltiples cientos y cientos de millones de años, muchas ciudades de sarcopterigios comenzaron a escapar del agua y a respirar en tierra. Ciertos de estos tetrápodos prehistóricos son los antepasados directos de todos y cada uno de los vertebrados terrestres populares en la actualidad, como los réptiles, las aves y los mamíferos.


Metabolismo retardado


El celacanto es un pez letárgico que elige dejarse llevar por las corrientes oceánicas profundas y tragarse los pequeños animales marinos, como otros peces y cefalópodos, que halla en su sendero en vez de nadar y apresar activamente. No obstante, estos hábitos «perezosos» transforman al celacanto en una meta escencial para los enormes predadores acuáticos, como los tiburones, que no pierden la posibilidad de alimentarse de él en el momento en que se les muestra.


Una adaptación única del celacanto a este modo de vida apático es que es con la capacidad de girar la cabeza hacia arriba y abrir la boca muy extensamente (como las víboras) para tragar la presa. Este patrón de nutrición afín al del tiburón ballena se ve facilitado por una articulación intracraneal en la parte de arriba del cráneo.


Esta característica es única del celacanto y no está que se encuentra en ningún otro vertebrado, así sea marino, aviar o terrestre.


Otras peculiaridades extrañas


Aparte de su cabeza, que puede girar verticalmente 90 grados, el celacanto tiene otras extrañas peculiaridades anatómicas, como un órgano en su hocico que le deja advertir campos eléctricos, una caja cerebral llena de grasa y un corazón con apariencia de tubo.


Ovovivíparo


Como muchas otras especies de peces, el celacanto es ovovivíparo: los huevos son fecundados dentro de la hembra y continúan en el canal de parto hasta el momento en que están preparados para explotar. Este modo de nacimiento difiere del de los mamíferos placentarios, en los que el feto está unido a la madre por un cordón umbilical.

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